El cepillo dental es nuestro mejor aliado en el mantenimiento de una buena higiene bucodental y en la prevención de enfermedades dentales, pero si no le prestamos ciertos cuidados puede tener un papel importante en la transmisión de enfermedades y aumentar el riesgo de infección, ya que actúa como depósito de microorganismos. Múltiples estudios demuestran la presencia de diferentes tipos de microorganismos -entre ellos los virus- en las cerdas de los cepillos, capaces de permanecer en ellas durante días o incluso semanas.

Por tanto, frente a la actual pandemia de COVID-19 (que nos ha hecho cambiar muchos aspectos de nuestra rutina diaria), debemos también tener especial cuidado con el cepillo dental:

No lo compartas. Su uso es personal, por lo que no debe compartirse ni  intercambiarse con nadie para eliminar el riesgo de transmisión de enfermedades.

Lávate bien las manos, antes y después del cepillado dental, es imprescindible lavarnos bien las manos con jabón. Para evitar el contagio es necesario evitar que el virus entre en contacto con nuestras mucosas.

Desinféctalo a conciencia tras usarlo. El colutorio de cloruro de cetilpiridinio (CPC) es un buen complemento para la higiene bucal y la desinfección del cepillo. El CPC posee actividad virucida sustancial contra cepas del virus de la gripe, al atacar y degradar su envoltura viral. Estos resultados abren la puerta a la posibilidad de que el CPC pudiera ser también eficaz frente a otros virus con envoltura como el coronavirus.

Sécalo bien, la humedad favorece la proliferación de microrganismos. Consérvalo en un lugar cerrado, alejado al menos 1 metro del sanitario y el lavabo (las bacterias quedan en el ambiente en suspensión y se pueden depositar en las cerdas de los cepillos dentales).

No lo almacebes amontonado junto a otros. Eso aumenta la probabilidad de transmisión de los microrganismos entre cepillos. Mejor, guarda cepillos de forma individual.

 

 

Estos consejos los tendremos en cuenta no ante la COVID-19 sino también en procesos gripales, herpes labiales o gastroenteritis. Si has tenido alguna de estas infecciones, reemplaza tu cepillo dental por uno nuevo (si es un cepillo eléctrico, cambia su cabezal). Cabe recordar que, independientemente de pasar por un período de enfermedad o no, conviene reemplazar el cepillo de dientes cada tres o cuatro meses. ¿Un truco para recordarlo? Cambiarlo con cada estación.